Beckenbauer, el Káiser

Ver jugar a Franz Anton Beckenbauer (Múnich, 1945) era un auténtico deleite para la vista. Está considerado unánimemente como uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, y también uno de los más elegantes. Fino, técnico, decisivo...y una palabra que lo engloba y que casi se inventó para etiquetar su juego: líbero.

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"Se buscaron fórmulas que permitieran explotar su talento. Dotándole de más libertad, se inventó una nueva palabra para definir su rol en el campo: líbero".

ijo del director de una oficina de correos, fue fichado por el Bayern Múnich con tan sólo 14 años; cuando Beckenbauer llegó, el club bávaro era un equipo mediocre, a la sombra del otro equipo de la ciudad, el Múnich 1860. Debutó en el primer equipo del Bayern en 1964, con sólo 19 años, y sólo dos años más tarde se dio a conocer al planeta en el Campeonato del Mundo de 1966, en la que Alemania fue subcampeona. Beckenbauer maravilló a todos y anotó 4 goles.

Beckenbauer levantó la

Copa del Mundo en 1974.

Esto no tendría nada de especial si el alemán no hubiese jugado de central. Su capacidad técnica para mover el juego desde la defensa e incorporarse al ataque condicionó fuertemente el planteamiento de sus equipos, por lo que se buscaron fórmulas que permitieran explotar su talento. Dotándole de más libertad de movimientos, se inventó una nueva palabra para definir su rol en el campo: "Líbero". Nunca un defensa había aportado tanto al juego de ataque de un equipo.

Beckenbauer hizo grande al Bayern Múnich y a la selección Alemana en los años 70. Con su club consiguió 4 Bundesligas, 4 Copas de Alemania, 1 Recopa de Europa y 3 Ligas de Campeones consecutivas, desde 1974 a 1976, más la Intercontinental de ese mismo año, en 13 temporadas en el club. También ganó una Bundesliga con el Hamburgo en 1982, antes de retirarse un año después. Con su selección jugó 103 partidos, marcando 14 goles, y ganando la Eurocopa de 1972 y el Mundial de 1974. Estos éxitos le llevaron a ganar el Balón de Oro por dos veces, en 1972 y 1976.

Beckenbauer y Cruyff se 

enfrenteron en la mítica 

final del Mundial de 1974.

Este campeonato, el de Alemania '74, es recordado por muchos aficionados al fútbol porque enfrentó a dos de los futbolistas más brillantes de la historia: Beckenbauer y Johan Cruyff. La llamada "Naranja Mecánica" llegaba a la final como favorita, desplegando un juego brillante y arrollando a sus rivales, como Argentina o Brasil. Sin embargo, Alemania se llevó el título y Beckenbauer levantó la Copa del Mundo en una imagen que quedará para el recuerdo.

Se retiró en 1983, pero eso no impidió que siguiera cosechando éxitos. Sólo un año después fue nombrado seleccionador nacional y llevó a su selección a la final del Campeonato del Mundo de 1986 en Mexico y a la victoria cuatro años después en Italia, convirtiéndose en la segunda persona que consigue ganar un mundial como jugador y entrenador. Después, fue pasando por todos los estamentos del Bayern Múnich, llegando a ser entrenador, director técnico y presidente. Actualmente desempeña un cargo como Vicepresidente de la Federación Alemana de fútbol. Así es la carrera de Beckenbauer, una de las leyendas vivas del fútbol, un deportista brillante dentro y fuera de los terrenos de juego.